Esto es una amistad
Como era de costumbre todos los viernes nos juntábamos en casa a jugar carioca. Lilu traía los comestibles y yo, obvio, prestaba la casa, porque mis papás no me dejaban salir nunca. En fin, ella era mi compañía, mi amiga, mi fiel amiga, creo que lo fue por unos 18 años. Compartí momentos inolvidables junto a ella, como olvidar las miles de travesuras que esta mujer se mandaba. Si una vez tuve que correr hasta la carretera para que regresara a su casa y no se fuera como las tantas veces que lo hizo, era media loca, nadie la entendía, bastante acelerada. Todavía recuerdo esas carreras que se mandaba en plena carretera escuchando la ya tan nombrada gata fiera.
Entre tanta locura cuando ella tenía unos 18 años, se mandó a cambiar al sur y no iba a regresar nunca más -dijo ella- se marchaba mi niña, se largaba para siempre mi amiga, una angustia me invadía ya no la volvería a ver nunca más en mi vida ¿Qué haría yo? -pensé- pero mi amiga solo se fue sin mirar atrás.
Un día de verano alguien llamó a mi puerta y era ella, con un bronceado de maravilla, con una mochila llena de momentos inolvidables que compartiría conmigo, pero fue entonces cuando nos separamos nuevamente, ella pensó que estaríamos juntas, sólo alcanzamos a cruzar un par de palabras, porque esta vez yo me marché, ahora fui yo quien fue por nuevos horizontes y perdí el contacto con mi amiga.
Al pasar los años regresé a casa y de mi amiga no supe más.
Llegó el otoño y luego el invierno, con él trajo la primavera y mi querida gata fiera ya no era tan fiera como antes, pues había encontrado a un compañero que la amaría para el resto de la vida y con ello la alejaría de mi vida para siempre ¡Qué extraño es cuando piensas que lo más lindo de una persona, es lo mas horrible para ti! Porque claro, ella ahora es feliz, yo también lo soy, pero él se llevó a mi amiga y nunca más volvió.
Ahora me pregunto si esto fue real o tal vez nunca fue una verdadera amistad ¿Quién sabe? Muchas veces pasamos por esta vida pensando que la gente que nos rodea y los más cercanos son los que estarán siempre a nuestro lado, muchas otras somos capaces de meter las manos al fuego por ellas y no lo merecen ¿Cuántas veces el ser humano se tendrá que caer y levantar una y otra y otra vez antes de entender que a esta vida uno llega solo y así es como debe de ser? Si cuando al voltear te das cuenta de que al final nunca estuviste sola, pues siempre tuviste la compañía de seres muy queridos. Lo que pasa es que a nuestros ojos eso es imposible ver, pues estamos tan cegados en conseguir nuestros ideales, que pasamos a llevar gente y causamos dolor, estamos tan preocupados de resguardar nuestro mundillo de fantasía, que sin querer nos cegamos a la realidad, más hoy ya no estoy triste porque entendí que la verdadera amistad existe y que siempre la tuve a mi lado. Lo que pasó fue que me desvié en mi camino y mis cercanos salieron en mi búsqueda, pude regresar sana y salva de mis dolores tormentosos y al fin ahora que ya pasaron muchos años estoy muy clara y solo me queda recordar el atardecer junto a mi amiga.
De ella me llevo solo los buenos recuerdos, el resto ya lo olvidé, prefiero recordar esa sonrisa y sus bailes exóticos y lo mucho que nos burlábamos de nosotras mismas, si de hecho, aún cuando escucho en la radio la gata fiera, vienen a mi mente el recuerdo de mi amiga que un día como hoy partió hacia un mundo mucho mejor.